Los milagros

Los milagros son cosa rara, no porque se anuncien con bombos y platillos o porque cambien el curso de una vida palmo a palmo (aunque a veces suceden de este modo), sino porque son ignorados, pasados por alto u olvidados con gran facilidad.
Milagros-en-palabras

Definitivamente, los milagros son cosa rara: suceden a cada instante y muy pocos los ven. Claro, por eso, son milagros. Parecen un botón cuando se busca y la rosa ya ha despuntado. Por otra parte, cuando ocurre el milagro de que alguien los vea, no se agradecen ni disfrutan, se olvidan velozmente.

¡Nada hay más injusto con El Hacedor de Milagros, el recibidor de ellos y el milagro mismo!

El Hacedor se dedica a crearlos bajo una piedra que golpeamos con el pie, en la piedra que tiramos en el lago, en la que nos cae en el ojo, o en la que hacemos rodar con el pie.

Sin embargo, ninguno de estos milagros se ve. El primero, porque caí al tropezar con la piedra; el segundo, porque no me detuve a ver las ondas sobre el lago; el tercero, porque el dolor me cegó y maldije indiscriminadamente; y el cuarto, porque no me benefició a mí directamente.

Las excusas para la ceguera son innumerables conejos que saltan de la copa del mago. Cualquier motivo sirve para ignorarlos. También puede ocurrir que no se perciban en la indiferencia del transcurrir de las horas y los días.

¡Pero los milagros suceden! Caí, me limpié, me sobé y debajo de la piedra nació una flor. Las ondas del agua acompañaron en su paso a una pareja de zampullines tobianos que danzaban su amor en la soledad de un lago. Mis ojos salieron de su rutina cuando la piedra dio en uno y el otro vio aún más. Y ni se diga del trozo de piedra que estabilizó una casa y sus habitantes la pudieron volver a habitar.

¿Y el recibidor del milagro? Así como he experimentado el hecho que los produjo, unos pasos más allá me olvido o me sitúo en la desgracia de haberme caído, de no haber visto, del ojo adolorido, de la dicha en casa ajena.

¿Y los milagros? El Hacedor los sigue fabricando.

¿Y yo? Sigo pidiendo milagros.